¿Qué es lo que más te gusta de la Navidad? A los niños en los últimos días de clase de diciembre, cuando se acerca la Navidad, les proponen dibujar aquello que más les guste de la Navidad. ¿Te has preguntado qué pintarían nuestro hijo o nuestro nieto? ¿Y te has preguntado qué dibujarías tú?

No sé nada de dibujar la verdad pero creo que con la llegada de la Navidad solemos tener ideas encontradas difíciles de describir. Algunas personas, la mayoría, asocian este tiempo festivo con ver a la familia porque coincide con un tiempo vacacional, otros aprovechan la ola consumista para dar o darse un caprichito que normalmente no se dan. Para muchos ni tan siquiera es un momento alegre del año porque el recuerdo les lleva a pensar en alguien que siempre estaba pero que ahora ya no está. Ciertamente la nostalgia y la sensibilidad están a flor de piel especialmente en esta época del año y para muchos las fiestas son más bien un tiempo frío como el invierno de Madrid, ciudad hermosa desde donde nuestra humilde iglesia trata de ser luz especialmente en estas fechas desde hace más de un siglo.

Recuperando entonces la cuestión: ¿Qué dibujar para mostrar lo que más nos gusta de la Navidad? ¿Pintaríamos un momento familiar? ¿Tal vez esbozaríamos un regalo o retrataríamos una carita expresando un sentimiento? Apuesto que muchos chiquillos en el cole dibujan el árbol de Navidad.

Yo creo que la iglesia si quiere iluminar a otros tendrá que localizar bien en el relato bíblico de los evangelios el nacimiento de Jesús. Porque es allí donde vemos irrumpir a Dios en la historia y vemos nacer al Mesías extraordinariamente humilde. Es allí, en el Evangelio, donde empieza la narrativa del Verbo Encarnado que salvará al mundo de las sombras de la maldad y del pecado. Hacemos bien, por tanto, en recordar, leer o incluso interpretar teatralmente ese momento histórico. Incluso si se tratara de plasmarlo en un dibujo estaría bien aunque pienso que sería bastante complicado. Los trazos estarían llenos de significado pero el papel resultaría escaso. Porque hay poco papel para delinear que los hijos de Dios celebran a Jesús cada día. Efectivamente: Él nació, enseñó, murió y resucitó. Y el creyente vive y celebra la Vida que encontró en Jesús y no puede separar la Persona de Jesús del mensaje del Maestro. Tampoco se puede separar el nacimiento de Jesús de su obra redentora en la cruz. Porque Jesús es el Mesías esperado y anunciado por los profetas del Antiguo Testamento y Jesús también es el Maestro que enseña cómo vivir llenando la existencia de color. Además, Él es el Mediador haciendo posible una relación personal con Dios. En el Evangelio no es extraño, por tanto, que se encuadren las palabras de Jesús diciendo: «Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre si no es por mi» (Juan 14:6)

Definitivamente si pensamos en todo esto, habría demasiado que dibujar y no sería nada sencillo. Pero aun así, ¿Serías capaz de representar juntos los conceptos de Mesías, Maestro y Mediador? Seguramente estaría solo al alcance de unos pocos artistas o de algunos niños que tienen la creatividad de forma innata, que los hay. En realidad, lo más importante no es lo bien que dibujarías acerca de la Navidad en un lienzo sino si Jesús es una realidad más allá de nuestra creatividad, arte o costumbre. Me gustan muchas cosas de la Navidad y aunque no sé dibujar, trataría de colorear el amor inmenso de Dios queriendo estar con nosotros a pesar de nosotros. Eso es sin ninguna duda lo que más me gusta de la Navidad. ¿Y a ti? ¿Tú qué pintarías? ¡Feliz Navidad!

Pastor Rubén Gramaje