Cada cierto tiempo necesitamos recargar las pilas, renovar nuestras fuerzas y aprender a descansar en Dios. Como en los dispositivos tecnológicos que nos acompañan, el porcentaje de energía disminuye a mayor uso y a veces en nuestras vidas aparece el aviso para “ponernos a recargar”. En el inicio de la primavera este año tenemos la sensación de que el invierno de nuestras vidas se hizo demasiado largo. La primavera con su colorida llegada nos recuerda que la vida es cíclica y que todo acaba cambiando de perspectiva.

El lugar adecuado para adquirir nuevas perspectivas y fuerzas sin duda es la Palabra de Dios. Dios nos consuela y renueva cada día. Él es nuestra fuerza y el apoyo necesario para seguir adelante. El profeta Isaías en la segunda parte de su libro lo describe así:

“¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.” Isaías 40:28-31

Las fuerzas se pueden multiplicar con el Señor. Incluso aprendemos “a volar” y “levantar las alas” esperando en Dios. No obstante, es evidente que nosotros no podemos correr sin cansarnos, pero cuando la confianza está depositada en Dios todo cambia de color. Es una cuestión espiritual y no física la que describe el profeta en sus metáforas. Lo más interesante es que aun sin nada de gasolina en el depósito de nuestras vidas, Dios puede darte las fuerzas necesarias para cada día. Si no tienes fuerzas o tienes tanto cansancio como para no poder ver con claridad los siguientes pasos en tu vida, es urgente que acudas a pedir cita al trono de la gracia. Es allí donde la fatiga se vuelve impulso, así que recuerda “recargarte” en el lugar adecuado. No salgas nunca de casa sin el cargador espiritual. Y acuérdate que Dios es el único que puede renovar tus fuerzas.

Pastor Rubén Gramaje

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