Reconozcamos que hoy en día, nadie quiere ser llamado oveja: en nuestra sociedad, las ovejas representan a aquellos que no tienen capacidad de decisión propia, que son manipulables y que siguen al rebaño.
En otras palabras, son personas sin criterio propio, incapaces de marcar un rumbo propio y que son fácilmente modificados por presiones externas. Cuando vamos a Juan 10, debemos tener cuidado y evitar que este concepto de oveja interfiera en nuestro entendimiento del texto. En este capítulo, las ovejas no pueden ser aquellos que son fácilmente manipulados: si leemos el capítulo 9, veremos que el ciego de nacimiento, que es una de las ovejas del rebaño de Jesús, se enfrentó a los líderes religiosos con valor y coraje, hasta el punto de ser expulsado de la sinagoga.
Veamos algunas de las características de las ovejas: como vimos en la meditación anterior, han recibido la Salvación de Jesús (10:9), pero no es lo único que el texto afirma. Las ovejas también escuchan la voz de Jesús (10:3), son guiadas por él (10:4-5) y conocen al buen pastor (10:14). Hasta el día de hoy, los pastores orientales llaman a las ovejas por su nombre y estas acuden porque lo conocen. Hoy en día, escuchamos a Jesús a través de su Palabra, cuando la estudiamos y asimilamos: de esta forma, las ovejas de Jesús en la actualidad son capaces de discernir la voz de Jesús y la voz de un farsante (10:5). Esta es una pregunta que muchos nos hacemos hoy: ¿Qué quiere Jesús que haga? Bueno, el primer paso es escucharle con atención.
Pero hay otro elemento de los pastores orientales que es crucial que entendamos: el pastor no iba detrás de las ovejas, arreándoles con un cayado, sino delante, abriendo camino y guiando a las ovejas. Y Jesús, como buen pastor que nos guía, hace esto exactamente (10:4): va delante, abriéndonos camino, haciendo de modelo para nosotros. Si queremos saber cómo hemos de vivir en nuestro día a día, hemos de fijarnos en Jesús: su vida es modelo para nosotros. Y en los tiempos actuales, de incertidumbre y crisis, esta es una pregunta que muchos podemos hacernos: en tu situación particular, en tus circunstancias, ¿a qué te está guiando el buen pastor? ¿Qué haría Jesús? Y una vez que lo sabes, ¿harás lo que Jesús, tu buen pastor, aquel que te cuida y guía, quiere que hagas?
Juan Parras
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