Dios es fiel, siempre fiel. Dios nos provee y cuando ofrendamos lo hacemos para adorarle. Reconocemos que Él nos da todo lo que necesitamos y decidimos confiar en Él por medio de nuestro diezmo y ofrenda. Ofrendar es una cuestión personal en la que cada creyente desde la madurez cristiana decide adorar a Dios de forma genuina. No se ofrenda de lo que sobra ni por sentirse bien con uno mismo. Ofrendar se decide, no se improvisa. Se trata de algo planeado, como preparamos nuestro corazón para honrar el nombre del Señor cada semana en un culto. “Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, y no de mala gana o a la fuerza, porque Dios ama al que da con alegría”. (2 Corintios 9:7)

Por eso, el marco bíblico es la adoración y la gratitud a Dios. El centro siempre es el Señor a quien rendimos un culto y alabamos por todas las bendiciones que recibimos de Él. Las personas que están invitadas en un culto no deben sentirse obligadas a participar (aunque pueden hacerlo) ya que no conocen a que son destinadas. Participar de los diezmos y las ofrendas es ante todo una responsabilidad y un privilegio de los miembros de la iglesia que tienen claros cuales son las metas específicas, a saber: Evangelizar lo máximo posible, adorar juntos a Dios, educar en la Biblia, realizar obra social amando al prójimo y tener comunión entre los creyentes. En definitiva, el diezmo o la ofrenda forman parte de la actitud de adoración. El creyente reconoce que de lo recibido de la mano de Dios tiene algo para dar. (1 Crónicas 29:14)

Este compromiso con la iglesia local no significa que el creyente no pueda o no deba donar o ofrendar para otras cuestiones al margen del culto de su iglesia. Ni mucho menos. El creyente debe ser generoso y dar para aquellas causas que Dios le muestre, pero debe ser también responsable con la iglesia local a la que pertenece.

Llega la mitad del año y lo hacemos agradecidos a Dios por su fidelidad y provisión. Como iglesia estamos muy agradecidos a Dios y a los creyentes comprometidos de la iglesia en un año tan complejo en el cual oramos por el sustento para todas las personas y familias, y lo hacemos porque sabemos que Él es fiel y siempre será fiel.

Pastor Rubén Gramaje