Misión aquí porque estoy aquí y aquí hace mucha falta. Misión aquí porque es el “mes” de las misiones en nuestra iglesia y además porque hay mucha necesidad espiritual. Misión siempre porque hacen falta muchas manos, y voces, que se esfuercen por llevar la Palabra. Misión aquí hablando de la fe en “mi Jerusalén, en nuestra Judea y en Samaria” (Hechos 1:8) Dicho de otra forma, misión aquí desde la fe, en el camino de la vida y con la coherencia que contagia a otros a querer saber más del Dios de paz que presentan los evangelios. Misión aquí a personas diferentes, misión aquí con diferentes acentos, misión aquí desde la iglesia local que brilla por su amor y solidaridad. Misión dirigida a quien más nos cuesta, en nuestra Samaria particular. Una misión que empieza aquí, exactamente, en el corazón del creyente que late al ritmo de quien se sabía perdido y pudo encontrar la esperanza en Dios.
Misión aquí claro que sí pero también allá donde se habla otro idioma y se come diferente. Obviamente hay que realizar un plan, orar, investigar y saber dónde la ayuda puede ser eficaz. A estas alturas de la historia seguro que no eres el primero en tener un llamado así y tal vez sea sabio unirte a quienes ya tienen un plan en el campo misionero. Misiones allá “hasta lo último de la tierra” porque es una de las señales que esperamos hasta que llegue el Señor, a saber, que el Evangelio sea predicado en todo el mundo (Mateo 24:14). Misiones allá y de muchas formas, misiones bautistas como nuestra iglesia y dando además argumentos para ser llamado así, que siempre estuvo relacionado con las misiones. Misiones con finalidad y para acercar el reino de Dios y sus valores y porque las personas son lo realmente importante para Jesús.
Por todo ello misión aquí en la vida cotidiana y misión allá donde el Señor nos lleve. Y si Dios no te llama ni te lleva siempre podemos colaborar, que no sea por falta de visión sobre las misiones aquí y allá.
Pastor Rubén Gramaje
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