Plaza de Getafe 1, Madrid

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A orar se aprende pero, ¿Es la iglesia de hoy una iglesia que ora? ¿La componen creyentes de oración? ¿Sabemos orar? Los discípulos pidieron al Maestro en una ocasión que les enseñase a orar pero en cualquier caso, la mejor de las comparaciones sería con la comunidad que formaron los primeros creyentes. En un breve viaje por el apasionante libro de Hechos de los Apóstoles observamos algunas características de la oración comunitaria.

En primer lugar, una iglesia de oración se caracteriza por un contexto de comunión. (Hechos 2:42-45) Es decir, la iglesia se dedicaba a enseñar, pero también a orar y a pensar en las necesidades de los demás. La comunión con Dios y entre ellos les impulsaba a la acción.

En segundo lugar, una iglesia de oración experimenta el poder de Dios. «Recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo» (Hechos 1:8) Podemos decir que la fe en el poder de Dios debe motivar a la iglesia para entender la necesidad de orar.

Por último, no olvidemos que una iglesia de oración será impulsada a la predicación aunque enfrente grandes dificultades y confrontaciones como Pedro y Juan en Hechos 4:1-3. Aunque que se cuestione la eficacia de la oración en tiempos de crisis como los que vivimos la oración nos hace ejercitar nuestra confianza en todo momento.

En definitiva, una iglesia de oración persevera, está unida y tiene algo importante que decir hoy. Esto es algo fundamental para no dejarnos llevar por las circunstancias sino por la guía de Dios. Como nos muestra la iglesia primitiva la oración es la base para una iglesia fructífera. Una iglesia que pase lo pase ora y después actúa. Tal vez ya lo sabías o tal vez no, que a orar se aprende orando y que orando se experimenta el poder de Dios.

Pastor Rubén Gramaje

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